No se conocían mucho, tampoco les importaba conocerse más; las cosas tal cual eran se parecían demasiado a la perfección. Nadie entendía esta relación, todos se confundían pero ellos eran "felices".
Él se escondía tras una imagen alegre, a cada segundo verificaba si su sonrisa seguía intacta. Ella no necesitaba saber, no merecía saber que pasaba.
El trato era otro; el ritmo era pausado. De más esta decir que hubo un instante en que todo empezó pero no habían metas, no había donde llegar; se saltaban presentaciones innecesarias, cantaban una melodía hipnótica que rimaba con gemidos.
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