Odio despertarme temprano.
Tener frío.
Los gritos innecesarios
(sobre todo por las mañanas)
Concluyo: odio la mañana.
Odio mirarte y temblar,
dudar, titubear,
transpirar.
Ver pasar el tiempo
sin ton, sin son.
Odio esto y aquello.
Las estructuras,
los cambios
(espero el cambio)
Odio lo orgánico.
Lo que vive y muere.
Lo que perdura en el tiempo
y se detiene.
Odio odiar tanto,
odiar lo odiado
lo no inventado,
el destino taimado
Y por sobre todo
odio hacer como que si
Y no.
miércoles, abril 29
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