viernes, mayo 29

Al que tuvo que ser luz

Esta panza gorda no tiene hambre sólo me dan ganas de vivir. Esta carne hoy se hace miel y vos lloras adentro mío. Con sólo saber que estuviste y preferiste las estrellas antes que a mi, me parte el alma.

Todavía sueño con que en un arranque de soñador me das una patadita.

Nadie más que yo, sabe como me siento sin vos. A mi me vibra la panza y no de amor, sino de culpa. Y vos no flotas mientras yo me como este vacío de tu ausencia.

Te veo en todos lados. Sonreís en otras sonrisas y balbuceas en otras bocas. Sos mi bichito de luz que bajo temprano el telón.

Si me hubieses avisado, hoy serias paz y alegría. llenarías lo que no me falta y me sobraría ternura. No dormiría viéndote, guardando en cada suspiro el recuerdo de tu latido.

Y cada vez que siento que profanan tu cuna nuevemesina se me altera la vida.

Todavía me queda la esperanza que algún día vuelvas a ser de donde jamás tuviste que marchar.

1 comentarios:

El Conde de Dinamarca dijo...

Voy reviviendo de a poco.

En cuanto a lo escrito... es lo suficientemente triste y crudo como para dejarme sin palabras.